El potencial de la deep tech radica en su capacidad para mejorar de forma práctica y genuina la vida de las personas. Muchas de las startups nacidas en nuestro vivero de transferencia tecnológica ya están irrumpiendo en sus respectivas industrias y convirtiendo lo posible en una realidad.
La deep tech se considera una tecnología no orientada al usuario final, como la inteligencia artificial, el blockchain, la robótica, la ciencia de materiales avanzada, la fotónica y la electrónica, la biotecnología o la computación cuántica. No obstante, iniciativas innovadoras como The Collider, que trasladan los beneficios de la transferencia de tecnología al mercado, están haciendo que esa percepción sea cada vez más cosa del pasado.
La irrupción de startups en el mercado supone un verdadero cambio en el día a día para todo el mundo. La importancia de la transferencia tecnológica a la hora de resolver problemas modernos es ya innegable, y sus efectos positivos en la sociedad no harán más que crecer. Un área en la que el impacto de la deep tech es cada vez mayor es la cadena de suministro.
La importancia de la cadena de suministro para la sociedad se ha hecho más evidente que nunca durante la complicada situación vivida en 2020. Hay bastantes empresas en todo el mundo que están explorando los beneficios que la deep tech puede aportar a su cadena de suministro, pero el camino para transformar por completo el ecosistema es complejo. Aún queda mucho por recorrer.
La globalización implica complejidad
Debido a la globalización, nuestro mundo es cada día más pequeño. Las cadenas de suministro se extienden por todo el planeta y, además de ser esenciales, están demasiado integradas en el funcionamiento del comercio moderno como para detenerse por completo. Esto es cierto incluso durante períodos de crisis como la actual pandemia, con los confinamientos y las limitaciones de transporte que conlleva. Al mismo ritmo que el planeta “encoge”, las cadenas de suministro se expanden y se vuelven más complejas. Los componentes y los materiales de cualquier objeto cotidiano pueden provenir de cualquier parte del mundo, y cada proveedor o proceso puede tener un sistema distinto de facturación, entrega, control de existencias, etc.
Esta complejidad dificulta la transparencia. ¿Cuántos de nosotros podemos decir con sinceridad que sabemos exactamente por dónde han pasado, de dónde vienen y quiénes han hecho los productos que compramos?
Un potencial sin explotar
Hacer las cosas de manera analógica puede acarrear problemas. Aunque muchas empresas han modernizado por completo su cadena de suministro, otras muchas aún recurren al papel. Dejar un rastro de papeleo nunca ha sido un sistema fiable, incluso cuando no había alternativas digitales: los documentos en papel se pueden falsificar, traspapelar, duplicar o destruir.
Muchas cadenas de suministro están mal mapeadas porque se subestima su complejidad y, por tanto, algunas empresas no se dan cuenta de hasta dónde llegan y a cuántos agentes implican. Un mapa en papel o un mapa digital estático de una cadena de suministro a veces no basta para plasmar su complejidad de forma inteligible, y actualizarlo para reflejar los cambios que se van produciendo puede ser muy trabajoso. En períodos de crisis como el actual, ¿las empresas que utilizan estos sistemas anticuados saben cómo actuar cuando la cadena de suministro se detiene o se rompe?
Por otro lado, hay empresas en las que ha habido una transformación digital desigual. Es muy común que algunas de ellas funcionen con un modelo mixto en el que se emplean soluciones nuevas y antiguas. Una transformación digital integral y conectada es esencial para evitar silos de información. En cambio, una transformación digital parcial puede suponer una pérdida de tiempo y dinero en el mejor de los casos, e incluso ser perjudicial en el peor.
Otro error común en la gestión de la cadena de suministro es la poca agilidad para hacer ajustes cuando ocurre un imprevisto. Hasta los sistemas mejor planeados pueden toparse con problemas que no se habían previsto, y se puede perder bastante tiempo y dinero mientras se busca una solución. Hace falta un proceso de análisis de posibles contratiempos integrado en el sistema desde el principio, que ayude a la empresa a alcanzar la flexibilidad que requiere una cadena de suministro para seguir funcionando cuando algo va mal.
Es más, en algunas empresas en las que se ha digitalizado la gestión de la cadena de suministro, el potencial que ofrecen estos datos no se aprovecha. No todo el mundo es consciente de lo que tiene entre manos ni de lo que se puede hacer con un modelo digital, pero, si se utiliza de forma correcta e inteligente, la deep tech es la solución para gestionar de forma sostenible y accesible de la cadena de suministro.
La puerta al futuro ya está abierta
La deep tech ya está mejorando la planificación, gestión y ejecución de la cadena de suministro. El impacto más claro lo está teniendo la tecnología blockchain, que ha trascendido rápidamente más allá de la industria financiera, en la que demostró sus ventajas, proporcionando e-CMR fiables para el comercio internacional. Gracias a la tecnología blockchain, todo el mundo puede saber dónde se encuentra un envío exactamente, de dónde viene y adónde se dirige. La logística se concentra en una sola aplicación, que se utiliza en todos los eslabones de la cadena. Además, una firma digital no se pierde ni se puede falsificar tan fácilmente como una física.
También ha habido mejoras en etapas anteriores del proceso. El aprendizaje automático está revolucionando el modelado de la cadena de suministro, ya que permite hacer un análisis avanzado de cuestiones complejas como qué se produce, dónde se produce y cuáles son las tendencias del mercado, las estrategias de almacenamiento y los canales de transporte y distribución. Este análisis avanzado permite planificar la actuación ante posibles contratiempos al agilizar el modelo desde el principio, y elimina capas innecesarias de tecnología, ya que recurre a la infraestructura ya existente siempre que sea posible.
Una cadena de suministro optimizada y modelada con precisión reduce el excedente, lo que hace que el proceso sea más sostenible. No es necesario que la capacidad de los almacenes esté siempre al 100 % si sabemos anticipar con precisión los altibajos en la demanda. Un análisis preciso no solo prevé estas fluctuaciones, sino que nos muestra exactamente cuáles serán las consecuencias si, por ejemplo, aumenta la producción en una instalación concreta.
El impacto de la tecnología inteligente también se está notando. Por ejemplo, la visión artificial, que estudia cómo los ordenadores pueden extraer un gran volumen de información de vídeos e imágenes digitales, lleva tiempo revolucionando el mundo de la deep tech.
El software inteligente de AllRead, una startup de The Collider, utiliza la visión artificial para capturar texto, símbolos y códigos y convertirlos en big data y, a su vez, en acciones, optimizando el proceso sin tener que invertir en hardware nuevo. Y un claro indicador de lo fundamentales que son las cadenas de suministro para las empresas, y de cómo la deep tech puede forjar sus eslabones más fuertes, es que han empezado a surgir programas específicos para acelerar las cadenas de suministro.
The Collider ayuda a desarrollar todo el potencial de la deep tech al reducir la brecha entre la ciencia, las empresas y los emprendedores para llevarla al mercado. Impulsados por Mobile World Capital Barcelona, sabemos cómo maximizar la transferencia tecnológica en las startups y crear así un impacto positivo para la sociedad en su conjunto.