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Las innovaciones en deep tech para el sector agroalimentario

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Según la ONU, se espera que el 68 % de los 9900 millones de personas que poblarán la tierra en 2050 vivan en zonas urbanas, y una de las mayores preocupaciones actuales es contar con suficientes alimentos para esta población. Las técnicas agrícolas actuales son ineficientes, insostenibles y a menudo poco éticas. Los cambios que se están dando en el planeta están obligando al sector agroalimentario a reevaluar sus sistemas de producción y distribución de alimentos y, en este contexto, los avances en deep tech se presentan como posibles soluciones para transformar todo el sector.

 

Retos del sector

Lo que define al sector agroalimentario en la actualidad es los enormes desafíos globales a los que se enfrenta, desafíos que van desde la reducción del impacto ambiental de los envases hasta el empoderamiento de los consumidores o la producción de cultivos más resistentes. Aunque existe una enorme cantidad de cuestiones que hay que abordar, este artículo se centra en los problemas más acuciantes del sector y en algunas de `:

 

  • Creación de alternativas saludables y sabrosas a los productos de origen animal.
  • Reducción del impacto ambiental del sector de producción de alimentos.
  • Mejora de la eficiencia en la producción y reducción de costes.
  • Transformación del sector de los envases.

 

Alternativas a los productos de origen animal

 

La ganadería es la actividad humana que más terreno necesita, y conlleva una grave degradación del suelo y la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Una de las principales causas de la deforestación y de la pérdida de biodiversidad sigue siendo la expansión de los pastizales para alimentar al ganado.

 

Durante los últimos años, los esfuerzos se han centrado en sustituir las proteínas animales por dietas de origen vegetal y proteínas obtenidas a partir de la fermentación. Otras alternativas que también se barajan desde hace algún tiempo son la carne producida en los laboratorios y las proteínas procedentes de insectos. En la actualidad, hay ya empresas como Shiok Meats que están empleando tecnología de células madre para producir carne de marisco a partir de células de crustáceos como las gambas o las langostas. Por un lado, la investigación hace posible comprender mejor el crecimiento celular de los invertebrados y, por otro lado, la automatización a gran escala de los procesos permitirá que esta carne producida en el laboratorio esté disponible para el consumo humano.

 

 

Reducción del impacto ambiental

 

Los avances en biología molecular permiten producir proteínas a menor coste, utilizar adecuadamente los limitados recursos ambientales de los que disponemos y reducir la huella de carbono. Sin embargo, el impacto ambiental es un problema de gran magnitud, y para que haya un impacto positivo significativo en el medioambiente se necesita un amplio espectro de soluciones. Una de estas soluciones consiste en aumentar la eficiencia de las explotaciones agrícolas y la sostenibilidad de sus prácticas.

 

En eso consiste la agricultura inteligente o Agricultura 4.0: en la utilización de deep tech, tecnología de la información, maquinaria avanzada, sensores y dispositivos para aumentar la cantidad y la calidad de los productos frescos. Con la agricultura de precisión y los sistemas robotizados ya no habrá necesidad de añadir agua, pesticidas y fertilizantes de forma indiscriminada a todo el cultivo, algo que es frecuente en los métodos tradicionales.

 

En las próximas décadas vamos a asistir a la popularización de todo tipo de prácticas sostenibles en la agricultura y la industria alimentaria, desde el uso de energías no contaminantes y otros recursos como el sol o el agua del mar, hasta los cultivos en zonas áridas, la impresión en 3D, las imágenes aéreas, la carne cultivada o la modificación genética. Las alternativas eficientes y respetuosas con el medio ambiente que presenta la Agricultura 4.0 son las que definirán el panorama agrícola del futuro.

 

Mejora de la eficiencia en la producción

 

Los avances en agricultura inteligente, entre los que se encuentran los robots, los sensores de movimiento y humedad o la tecnología de GPS, son la solución a otro de los grandes retos del sector: la eficiencia de la producción. En 1987, el economista Robert Solow dijo: “El impacto de la era de los ordenadores puede observarse en todas partes, excepto en las estadísticas de productividad”. Sin embargo, gracias a tecnologías como el internet de las cosas, los drones o la inteligencia artificial, es precisamente en las estadísticas de productividad donde el impacto de la era de los ordenadores se va a dejar sentir con más fuerza.

 

A pesar del auge de las nuevas tecnologías, el aumento de la productividad se ha estancado. Algunos expertos advierten de que se encuentra por debajo del índice que se considera necesario para abastecer a los casi 10 000 millones de personas que habitarán el planeta en 2050. De hecho, para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados para 2030 será necesario que los países más pobres dupliquen su productividad agrícola.

 

Con su prometedor ejemplo, los Países Bajos son una prueba de todo lo que se puede conseguir en este campo gracias a la tecnología, ya que son el segundo exportador de productos agrícolas a nivel mundial, solo por detrás de Estados Unidos. Gracias a la agricultura de precisión y la deep tech han conseguido controlar variables como la humedad, la temperatura o la exposición a la luz solar en los invernaderos, lo que ha tenido como resultado un aumento de la producción y la calidad de los cultivos, y la reducción del riego y el terreno que estos necesitan. Para producir un kilo de tomates, los invernaderos holandeses usan solo ocho litros de agua, una cantidad que es 25 veces menor que la media de lo que se necesita en el resto del mundo para producir la misma cantidad.

 

Envases sostenibles

 

Pero además de la eficiencia de la producción, es necesario ir más allá y examinar otros puntos de la cadena de suministro, sobre todo los que conciernen al envasado. Por ejemplo, si nos fijamos en las repercusiones de la pandemia, lo cierto es que antes de sus inicios ya se había producido un aumento significativo de los envases debido a la innovación tecnológica. Ahora que el gobierno está imponiendo restricciones a la hostelería, los hábitos de los consumidores están cambiando y los repartos a domicilio van en aumento. A pesar de que estos han sido un gran salvavidas para el sector, han puesto de relieve los problemas latentes del mismo. En general, se espera que la industria de los envases crezca un 3,5 % en los próximos cuatro años.

 

Los avances tecnológicos han propiciado el aumento de los repartos a domicilio, pero también son la clave para encontrar la solución. Con los sistemas modulares de software inteligente, podremos garantizar que la automatización de los procesos sea transparente y segura. A ello se sumará el uso de envases de varias capas, fabricados con varios materiales y más respetuosos con el medio ambiente. Estos son solo unos pocos ejemplos del asombroso potencial de transformación que tiene el sector. Las soluciones vendrán de la mano de la impresión en 3D, los envases inteligentes, el aumento del tiempo de almacenamiento de los productos e incluso la creación de envases comestibles.

 

No hay duda de que los retos a los que se enfrenta el sector agroalimentario son abrumadores y requieren de todo nuestro ingenio para superarlos. Aun así, el surgimiento de la deep tech y de otros enfoques innovadores nos permitirá alcanzar un futuro más eficiente y sostenible.

 

 

En su edición de 2021, The Collider introduce un nuevo vertical: el sector agroalimentario y la Agricultura 4.0. The Collider es un programa de venture building que reúne a investigadores, empresas y emprendedores con el fin de mejorar el ecosistema emprendedor y generar un impacto positivo en el conjunto de la sociedad. Promovido por Mobile World Capital Barcelona, The Collider se especializa en el impulso de transferencia tecnológica para startups.