En los últimos años, hemos observado un crecimiento exponencial en la innovación biológica y la deep tech. En la actualidad, uno de los grandes avances científicos a los que nos enfrentamos es la aparición de los xenobots, que pronto podrían convertirse en una importante tendencia en el ámbito de la innovación empresarial. Estos robots biológicos se crean a partir de células madre de ranas africanas, y todo apunta a que pueden revolucionar la tecnología médica y nuestra forma de abordar los problemas medioambientales.
A pesar de encontrarse todavía en etapa de desarrollo, estos organismos programables pueden moverse, transportar materiales e incluso multiplicarse. No hay duda de que el descubrimiento de una tecnología con estas características plantea un sinfín de oportunidades, riesgos y cuestiones éticas y, aunque el futuro de estos organismos aún esté por decidir, hay algo que sí queda claro: los interesados en invertir en deep tech no deben perder de vista los xenobots.
¿Qué son los xenobots?
Los xenobots son robots vivos. Son un tipo de deep tech desarrollado por completo a partir de células vivas, y se pueden programar para cumplir distintas funciones básicas. Puede que no se correspondan con la idea que todos tenemos de lo que es un robot, un ser mecánico y de metal, pero, si lo piensas, son algo todavía más asombroso.
Para crearlos, los científicos han utilizado lo que se conoce como un algoritmo evolutivo, con el que podían probar miles de opciones hasta encontrar las células más apropiadas para su desarrollo. Resultaron ser las de un rana; concretamente, las células madre de la rana de garras africanas (Xenopus laevis). Los científicos cultivaron las células extraídas de los embriones de rana y las pegaron utilizando varias configuraciones durante la microcirugía.
Las células madre comenzaron a crear nuevas células, listas para asumir nuevas funciones: células cutáneas para proporcionar estructura, células cardíacas para permitir el movimiento, etc.
Desarrollados a partir de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Vermont y la Universidad de Tufts, está previsto que los xenobots faciliten nuevos e importantes avances biológicos y médicos.
¿Qué podemos esperar de los xenobots?
Al ser programables, se prevé que abran muchas oportunidades. Según su diseño, los xenobots tienen distintas capacidades y funciones y, dado que provienen de células madre, se pueden adaptar para gran variedad de objetivos.
Atención médica
Actualmente, al estar en fase de desarrollo, el comportamiento de los xenobots puede resultar un poco básico. Sin embargo, en el futuro, hay esperanzas de que puedan insertarse en el cuerpo humano para proporcionar atención médica específica o con funciones regenerativas.
Además, a diferencia del instrumental médico tradicional, hecho de materiales sintéticos o metálicos, los xenobots están hechos de tejido vivo que acaba descomponiéndose. Esto los hace especialmente seguros para el uso en seres humanos. También son capaces de sobrevivir en ambientes acuosos durante semanas, de forma que podrían usarse para perfeccionar la administración interna de fármacos.
Limpiar nuestro medio ambiente
Los xenobots tienen la capacidad de moverse, transportar objetos y, lo que es más importante, de identificar y recoger los desechos de su entorno. A medida que avance su desarrollo, puede que los xenobots lleguen a usarse para recolectar microplásticos de los océanos o para limpiar desechos radiactivos.
Producir más xenobots
Los científicos han descubierto que estos robots vivos son capaces de construir nuevos xenobots por sí mismos, multiplicándose a partir de la agrupación con otras células.
Sam Kriegman, biólogo sintético y especialista en robótica de la Universidad de Harvard, y autor principal del nuevo estudio sobre xenobots, puso esta observación en perspectiva: “Son células de rana que se reproducen de una manera muy distinta a cómo lo hacen las ranas. Ningún animal o planta conocido por la ciencia se reproduce de esta forma”.
Robots biológicos con autonomía
A medida que avance la investigación, se espera conseguir que los xenobots operen de forma autónoma, sin ningún tipo de intervención humana. No obstante, al igual que con cualquier innovación biológica, existen riesgos y problemas éticos que hay que tener en cuenta.
¿Cuáles son los riesgos y las cuestiones éticas?
Es inevitable que los xenobots despierten ciertos recelos, pues su existencia apela al miedo que muchas personas tienen a que los robots se vuelvan demasiado independientes algún día, llegando a suponer una amenaza para la existencia humana. También hay quien piensa que los investigadores pueden estar abocando a la sociedad a un proceso que podría ser demasiado abrumador, o que la deep tech podría usarse en nuestra contra.
Sin embargo, Kriegman ha hecho hincapié en que estas células nunca llegarán a estar fuera de nuestro control, ya que cualquier cambio en los niveles de sodio del agua o un aumento de cobre en el plato puede matar rápidamente estas células madre.
Dicho esto, como organismos vivos, cabe la posibilidad de que algún día empiecen a rechazar los nuevos comportamientos que se les imponen o simplemente funcionen mal. De la misma manera que podrían usarse para transportar medicamentos a zonas específicas del cuerpo para perfeccionar ciertos tratamientos médicos, los xenobots también podrían manipularse con el fin de poner en peligro ciertas funciones vitales y la salud de las personas. Teniendo esto cuenta, los desarrolladores y emprendedores deberán tomar ciertas precauciones a la hora de utlizar los xenobots.
¿Tienen los xenobots cabida en nuestro futuro?
El emprendimiento científico exige nuevos avances, y estos conllevan un amplio trabajo de investigación, la adopción de nuevas prácticas y consecuencias imprevistas. Esto también es cierto en el caso los xenobots, sobre todo si queremos que nos sirvan para impulsar el progreso.
Dado que este nuevo tipo de robots todavía se encuentra en fase de desarrollo, es importante ser abiertos de mente en cuanto a sus posibilidades. Durante los últimos años, hemos visto grandes avances en el ámbito del emprendimiento científico y la deep tech, y los xenobots podrían marcar el inicio de una nueva era. Los inversores en deep tech deben seguir de cerca los avances en materia de xenobots, pues tienen el potencial de cambiar las reglas del juego en campos como la atención médica, la limpieza de nuestros océanos y el futuro de la robótica.
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