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Encontrar los límites: Joost Korver nos cuenta lo que supone ser emprendedor dentro de un entorno corporativo

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Joost Korver llevaba 20 años ocupando puestos de alta dirección dentro del sector energético cuando decidió dar un giro a su carrera y lanzarse al mundo del emprendimiento y la innovación. En la actualidad, cuenta con una dilatada experiencia en inversión en startups y es uno de los mentores de The Collider. Korver se define como un “emprendedor corporativo” y afirma que, a pesar de las dificultades, las empresas y las startups pueden colaborar perfectamente.

¿Cuál ha sido el desafío que ha supuesto pasar de trabajar para grandes multinacionales a hacerlo con startups?

Me considero afortunado por haber tenido una carrera corporativa de éxito, pero mi empeño en crear empresas y en poner a prueba los límites siempre ha hecho que se me considerara un poco al margen. Solían decirme que era “demasiado emprendedor” y que quería ir demasiado deprisa.

 

Siempre he tenido algo de emprendedor, y por eso decidí entrar en Bravehearts, un grupo de inversiones ángel. Mis compañeros no tienen nada que ver con el mundo corporativo. Al contrario: todos somos emprendedores que invierten en startups. He aprendido mucho invirtiendo y eso me ha dado confianza para ser emprendedor, pero también he de decir que no ha sido un camino fácil y que la transición se ha producido de manera gradual. Desde fuera, una startup se ve como algo maravilloso, pero lo cierto es que al principio no hay ingresos ni se reciben llamadas. Se empieza de cero. Cuando yo me lancé a la consultoría de innovación, creía que todos los contactos que había establecido a lo largo de los años se traducirían en muchas llamadas. Pero eso no fue así, porque las cosas no funcionan de esa manera. Se necesita un producto y un buen posicionamiento en el mercado.

 

Ponerme en marcha me llevó un tiempo y me di cuenta de que la consultoría no me ofrecía oportunidades de expansión. Cambié el rumbo y abrí otras empresas, pero lo único que saqué en claro de esta experiencia fue que no se puede abarcar tanto a la vez. No estaba centrando mis esfuerzos en un único proyecto. Al final todo consistió en un proceso de ensayo y error, y en asumir riesgos.

¿Qué fue lo que te llevó a decantarte por el sector del gas?

Empecé en este sector por las oportunidades que ofrecía. Me considero un ciudadano del mundo, y siempre he tenido una perspectiva internacional. Por eso participé en el programa de prácticas de BP y tuve varios trabajos en distintos países durante un par de años. Me decidí por el sector del gas porque creo que es importante contribuir a la transición a energías más limpias. El gas licuado del petróleo (GLP) es un ejemplo: aunque no es una energía renovable, el GLP es un paso intermedio importante en esa transición.

¿Por qué tomaste la decisión de dejar las multinacionales y pasarte a las startups disruptivas?

La razón principal fue que me daban más flexibilidad para explorar mis posibilidades. En parte, pensé que podría causar un impacto mayor porque tendría la oportunidad de tomar mis propias decisiones e inversiones y de ser dueño de mi tiempo. Esa fue la razón principal.

Últimamente te has dedicado a la mentoría.

Sí. Ayudar a otros es muy gratificante, y eso no solo se debe a que les prestas ayuda, sino a que también te ayudas a ti mismo. Al fin y al cabo, tú también aprendes. Por eso me llena tanto mi trabajo como mentor en The Collider: me da la oportunidad de ayudar a una persona o a un equipo a sacar adelante un producto innovador, y eso permite aprender mucho sobre uno mismo. Es algo recíproco.

Háblanos de tus 8 P de la innovación.

Convertirme en director de innovación global fue una enorme experiencia de aprendizaje, algo completamente nuevo que supuso un gran reto. Se trataba de un cargo global que me obligaba a viajar mucho, y eso no era sostenible.

Empecé a considerar de qué manera podía causar un impacto mayor en la organización, y entonces me di cuenta de que todo lo que estaba aprendiendo podría resultarle interesante a otros innovadores corporativos. Así fue cómo ideé las 8 P de la innovación, una metodología que ayuda a las personas a generar impacto en su organización.

 

Hay muchas empresas y startups que se centran demasiado en el plano interno, pero saber lo que está pasando fuera es igual de importante. ¿Qué están haciendo los competidores? ¿Qué tecnología nueva se está desarrollando? ¿Qué tipo de negocios están emergiendo? Se puede aprender mucho si se analiza el exterior. Las empresas más grandes no cuentan con estrategias estructuradas para poder innovar mirando hacia fuera. Para impulsar el cambio, hace falta contar con la metodología y la estructura adecuadas.

¿Cuál ha sido el impacto de las iniciativas de transferencia tecnológica, como la que representa The Collider, en tu sector?

En lo que respecta al sector tecnológico/energético, puede parecer que las renovables no se están moviendo a gran velocidad, pero sí que se trata de una verdadera disrupción para las petroleras tradicionales. Las nuevas tecnologías pueden ser de gran ayuda. Por ejemplo, si trabajas con GLP puedes saber con exactitud cuánto gas contienen los cilindros, y esto puede transformar el sector. Con las nuevas tecnologías disponibles, las empresas de GLP pueden servirse de los datos para conectar todos los tanques y cilindros, algo que hasta ahora era imposible (o demasiado caro). Las ventajas logísticas son innumerables, y este es tan solo un ejemplo. Las empresas que invierten de forma inteligente y saben adoptar la tecnología adecuada son las que acabarán ganando a largo plazo.

¿Qué aspectos resaltarías de tu experiencia en The Collider?

Lo más interesante de The Collider es que ayudamos a las empresas tecnológicas desde las fases más tempranas. Todo lo que ves cuando participas en el programa debe ser iterado: cuando se sale al mercado, se pueden identificar los problemas que se pueden resolver con esa tecnología. El producto que finalmente se desarrolla con esa tecnología suele diferir bastante de lo que se concibió en un primer momento. Esto es lo que más disfruto: ese proceso y ser consciente de que contribuyes a resolver problemas reales dentro de tu sector.

 

The Collider está en continua evolución, todo el mundo se reinventa cada día. Es una red fantástica que se desarrolla dentro de un ecosistema importante, y esa es la razón por la que me gusta formar parte de esta iniciativa. Tienes la ocasión de testar tu propia tecnología y de entrar en contacto con los emprendedores y el ecosistema corporativo. Si tienes la tecnología, tendrás que venderla en algún momento. The Collider es el puente entre tu tecnología y tus compradores.

¿Ha afectado el teletrabajo al consumo en el sector del gas? ¿Crees que volveremos a trabajar de forma presencial?

El cierre de las empresas ha afectado negativamente al consumo pero, por otro lado, ha aumentado el consumo doméstico de la gente que trabaja desde casa, algo que era impensable hasta hace poco. La mayoría de las empresas han lidiado con este cambio forzoso sin demasiados contratiempos, pero hay mucha gente a la que le encanta el contacto diario con los colegas, que les hace sentir que son parte de la empresa. Así que sí, creo que volveremos a la oficina. Sin embargo, la mayoría de las empresas son ahora conscientes de que se puede trabajar online, lo que a largo plazo se traducirá en oficinas más pequeñas, lugares de trabajo más flexibles y más personal trabajando desde casa. Lo que más me ha sorprendido es que se puede hacer negocios de forma online sin ningún problema. Yo he hecho negocios en todo el mundo y he cerrado acuerdos importantes online. No creía que fuera posible hasta ese extremo.

¿De qué forma pueden las startups disruptivas y las multinacionales acortar distancias y trabajar codo a codo?

Se necesita un enfoque específico. Estos últimos años he aprendido que la colaboración entre las corporaciones y las startups no es algo fácil. Llevan ritmos de trabajo distintos y tienen mentalidades diferentes, así que la colaboración se debe establecer sobre la base adecuada. Las startups tienen que tener cuidado para que los procedimientos corporativos no les hagan retroceder. También deben asegurarse de desarrollar las soluciones adecuadas, de forma adecuada, para las empresas. Es importante que todo encaje. Es mejor no seguir avanzando en lugar de esforzarse por lograr lo que es imposible.

¿Qué consejo le darías a un emprendedor en ciernes que quiera poner en marcha una startup disruptiva?

Le diría que se centre en el problema a resolver y que apueste por las soluciones que le permitan resolverlo. Que centre todos sus esfuerzos en sacarlo adelante, porque es muy fácil distraerse. Pero siempre hay que tener presente que, para causar un gran impacto, hay que saber elegir y no perder el rumbo. Si echo la vista atrás, me doy cuenta de que eso fue lo que me pasó a mí.

 

La tecnología es fundamental, como también lo son los fundadores de empresas dedicados al 100 %. Si veo una propuesta que carece de un propósito tecnológico claro y vanguardista, pierdo el interés en ella. Las organizaciones de más éxito son las que saben mirar hacia el exterior e innovar de forma interna y continua.

 

 

Esta entrevista ha sido realizada por The Collider, un programa de creación de empresas que trabaja para cerrar la brecha entre ciencia, empresas y emprendedores. Este proyecto de innovación fomenta iniciativas de transferencia tecnológica que conectan la ciencia con el talento emprendedor para crear startups tecnológicas disruptivas.