¿Cómo has acabado en el lugar en que estás hoy?
¿Crees que en España se está haciendo el esfuerzo necesario para facilitar la colaboración entre los equipos de I+D y los emprendedores?
¿Qué diferencias ves entre lo que supone lanzar una startup ahora y lo que era hace quince años?
¿Cómo fue tu experiencia en The Collider?
¿Qué es lo que destacas de esa experiencia?
¿Cómo consigues un equilibrio entre los emprendedores y los investigadores para obtener resultados?
Háblanos de AllRead.
¿Y cuáles son tus próximos objetivos?
El emprendedor franco-holandés Adriaan Landman y su homólogo español Miguel Silva-Constenla fundaron AllRead Machine Learning Technologies después de su experiencia en The Collider en 2019. AllRead MLT es una de las muchas historias de éxito de The Collider. Su novedosa tecnología permite detectar y leer los textos y símbolos de las cadenas de suministro para convertirlos en big data. Los dos líderes han superado todas las expectativas: Miguel aporta su experiencia internacional como director ejecutivo de la empresa y Adriaan ofrece su experiencia en gestión como director de operaciones. Hemos tenido la oportunidad de hablar con ellos sobre el ecosistema del deep tech, sus experiencias en The Collider, y los planes de AllRead MLT para llevar la disrupción a distintos sectores.
Miguel, tú tienes formación en física, electrónica, informática y ciencia. Con ese punto de partida, ¿cómo has acabado en el lugar en que estás hoy?
MS-C: La verdad es que no es lo normal. Hoy en día sí que hay empresarios con formación técnica, pero hace 20 años no era así. Entonces estaba acabando el servicio militar y me ofrecieron trabajar en varios países de Oriente Medio y Asia-Pacífico. Pensé que tal vez había encontrado mi vocación. Era una oportunidad para viajar y abrir los ojos.
Entonces me di cuenta de que mi vida estaría ligada a mi formación técnica. Trabajaba en telecomunicaciones, y logré montar mi propia empresa allí. La experiencia fue estupenda, pero hace un año sentí la necesidad de volver, y encontré este proyecto.
Es difícil encontrar proyectos de transferencia tecnológica si no se tiene una sólida formación técnica y, en Oriente Medio, es imposible. Fue uno de los motivos por los que volví. Barcelona estaba en pleno auge y se estaba invirtiendo en transferencia tecnológica. Quería incorporarme al sector, así que envié mi currículum a The Collider. Me llamaron enseguida, y me percaté de que The Collider era el proyecto idóneo, porque su objetivo es llevar la tecnología al mercado. Todo encajaba, y fue una decisión fácil.
¿Crees que en España se está haciendo el esfuerzo necesario para facilitar la colaboración entre los equipos de I+D y los emprendedores?
MS-C: Yo soy de Galicia, una zona que es bastante diferente de ciudades como Barcelona. Un lugar como Barcelona tiene muchas cosas que atraen a la gente: hace buen tiempo, se cobra bien, hay capital de riesgo, etc. En España todavía nos queda un largo camino por recorrer, pero en Barcelona contamos con un gran apoyo e incluso con financiación del gobierno. El panorama está cambiando poco a poco: ahora se sabe que para atraer el talento adecuado, hay que invertir en tecnología e I+D. Vamos por el camino correcto. La situación todavía no es igual a la de Londres o Berlín, pero hay tiempo para ponerse al mismo nivel.
¿Qué diferencias ves entre lo que supone lanzar una startup ahora y lo que era hace quince años?
MS-C: Es mucho más fácil. En 2005 había mucha menos financiación de capital de riesgo: tenías que arrancar casi por tu cuenta. En cambio, ahora, si tienes un buen proyecto y un buen equipo, hay oficinas familiares, ángeles de inversión, capital privado, financiación gubernamental… hay muchas herramientas.
AL: Es más fácil conseguir financiación, pero, aun así, tienes que convencer. Como dice Miguel, hace unos años no había un ecosistema: no importaba su tenías poder de convicción o no.
MS-C: Necesitas el equipo adecuado, un modelo de negocio y algunos clientes, pero incluso ahora, en Barcelona, solo una de cada diez startups consigue financiación. Para conseguir una buena financiación tienes que tenerlo todo en orden. Hoy en día todo el mundo es «emprendedor», pero tienes que fracasar, estrellarte, para saber lo difícil que es.
¿Cómo fue tu experiencia en The Collider?
MS-C: Para que haya transferencia tecnológica, necesitas que el equipo de I+D vea el potencial de los emprendedores. The Collider aporta buenos emprendedores y buena experiencia. No todas las empresas tienen éxito, pero eso es normal. Te encargas de los experimentos, negocias las licencias, las exclusivas, etc. Esto es útil para que, cuando vengan los inversores, se den cuenta de que todo está controlado y puedan darnos el visto bueno.
The Collider tiene muy buenas conexiones con las grandes empresas. Está en un buen sitio, ideal para viajar. Todo tiene que funcionar: yo prefiero un lugar donde todos los aspectos estén equilibrados en lugar de uno donde haya unos muy buenos y otros deficientes.
The Collider no es un programa como otro cualquiera. Yo a veces he sido muy crítico, lo que es importante, pero si cuentas con gente buena e inteligente, que acepta bien las críticas, estos entienden el proceso de verdad. The Collider se esfuerza constantemente por mejorar su programa. Traen gente de todas partes, con mucho valor para el proyecto, pero que a la vez sabe escuchar. Queremos seguir trabajando en The Collider durante mucho tiempo.
AL: Cuando creas una empresa, todo el mundo tiene muchos consejos que ofrecer, aunque no sirvan de nada. Sin embargo, nuestra responsabilidad como emprendedores es no perder de vista nuestra visión. Tenemos que saber con quién podemos contar y con quién no. En The Collider hemos encontrado un grupo de personas en las que podíamos confiar.
¿Qué es lo que destacas de esa experiencia?
AL: Me acuerdo de que Miguel decía: «Por la ventana, por la puerta, por la chimenea, ¡vamos a conseguir este cliente como sea!».
MS-C: No éramos tres tipos en un garaje diciendo: “¡Vamos!”. En enero estábamos casi arruinados y teníamos pagos que hacer, una experiencia común a casi todas las startups en sus inicios. Pero entonces llegó el primer cliente y pudimos pagar las facturas. Ha sido difícil, pero siempre hemos tenido un plan B, y ahora somos 12. Contratar es algo que me llena de energía, porque la gente viene con nuevas formas de ver y de hacer las cosas.
Adriaan, ¿cómo consigues un equilibrio entre los emprendedores y los investigadores para obtener resultados?
AL: Obviamente, es totalmente diferente a la gestión de una empresa, donde los procesos y flujos de trabajo ya están en marcha. Tienes que construirlo. Tenemos formas totalmente distintas de ver el mundo. Los investigadores se centran más en los desafíos de la tecnología, algo que es importante: cuando empezamos, hablamos de la tecnología, no del proyecto. Pero cuando llegas al cliente necesitas a alguien que pueda explicar para qué sirve esa tecnología, qué problema resuelve. Creo que de ahí es de donde viene la palabra collider. Se trata de crear una base común, una cultura común, y aquí debo mencionar a Marçal Rossinyol, nuestro director técnico. Ha sabido impulsar la creación de una cultura empresarial común en torno a la tecnología, teniendo muy claro que, aunque nos apoyamos en ella, no es lo mismo que el producto o servicio final que ofrecemos.
Háblanos de AllRead.
AL: Proporcionamos un software que registra los textos, símbolos y códigos que aparecen en las cadenas de suministro mediante el uso de cámaras y dispositivos móviles, y después los convierte en big data. No es un escáner, sino más bien un detector. Nuestra red neural profunda ha podido aprender en poco tiempo a leer con precisión por encima de los estándares de referencia de la industria, lo que permite a nuestros clientes identificar, rastrear y hacer un seguimiento en tiempo real de los activos en sus operaciones, incluso cuando se enfrentan a obstáculos como el movimiento, diferentes ángulos, polvo o manchas. Ofrecemos datos limpios que nuestros clientes pueden convertir en acciones como “cerrar la puerta”, ” parar el tren”, “enviar un inventario”, etc. No hay una inversión específica en hardware, ya que el cliente puede usar su propia cámara, y es una solución completamente transversal en toda la cadena de suministro. Queremos transformar las soluciones obsoletas de OCR y códigos de barras de los servicios básicos, la fabricación y la logística, y trabajar, entre otras, con compañías aéreas, puertos marítimos, empresas de abastecimiento de agua y gas, o empresas farmacéuticas.
¿Y cuáles son tus próximos objetivos?
MS-C: Eso está muy lejos todavía. ¿Te imaginas que te hubieran preguntado por tus planes para 2020 en enero de 2020? Hay muchas cosas que pueden influir; hay que ir paso a paso.
AL: Solo llegar al siguiente trimestre parece ya un logro tremendo. Pero queremos construir una empresa líder en el sector, no solo comercializar algo. Queremos ser un líder tecnológico; es un aspecto en el que estamos muy de acuerdo. Tenemos un buen producto, para el cual hay un mercado, pero todavía queda mucho camino por delante.