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Transferencia tecnológica y COVID-19: una revolución en el sector de la investigación

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La COVID-19 ha afectado a sectores y entidades de todo tipo, dejando a muchas de estas con una gran incertidumbre sobre su futuro. Aunque son muchas las PYMES y startups que han cesado en su actividad, los organismos públicos y privados están redoblando sus esfuerzos por encontrar una vacuna, un área en la que la tecnología desempeña un papel clave para acercarnos a nuestro objetivo.

 

Nos enfrentamos a una situación única. Por un lado, el ritmo de las investigaciones se ha acelerado en gran medida. Por otro lado, existen muchas empresas y corporaciones innovadoras que disponen de las competencias de emprendimiento necesarias para desarrollar productos y comercializarlos. Estas dos fuerzas deberían ser aliadas naturales. Sin embargo, especialmente en Europa, los sistemas tradicionales de antes de la pandemia están impidiendo que las instituciones de I+D encuentren los recursos de emprendimiento que les permitirían explotar su potencial.

 

Esta lucha mundial exige una respuesta unificada. Pero para lograrlo, necesitamos construir redes eficaces de transferencia tecnológica que conecten las investigaciones de vanguardia con las empresas expertas en innovación. Esto no solo nos ayudará a superar este desafío, sino que también transformará la relación entre el I+D y las empresas innovadoras de cara al futuro.

 

La situación actual del I+D

 

El intercambio de los resultados de las investigaciones es un factor importante para lograr el objetivo de conectar el sector de la investigación con la empresa. En Europa concretamente, los sistemas actuales de colaboración en materia de I+D no siempre alcanzan su máximo potencial. En general, el sistema vigente apoya la individualidad de los expertos, que suelen competir con otros investigadores en su trabajo. Como dice Xavier Ferrás Hernández, profesor de ESADE especializado en innovación, «En nuestro sistema de I+D tenemos miles de investigadores trabajando solos, sin formar parte de misiones o proyectos que realmente puedan impactar decisivamente en el bienestar de sus conciudadanos».

 

De hecho, un estudio sobre la situación actual de colaboración en I+D en las empresas españolas ha puesto de manifiesto que «aunque el sector privado representa el 30 % de las instituciones que participan en la actividad científica del país, es responsable de solo un 3 % de las publicaciones».

 

Por qué tiene que cambiar el sistema

 

Los actuales sistemas de I+D dificultan las iniciativas de transferencia tecnológica. Las instituciones encargadas de financiar y desarrollar la investigación inicial están llenas de personas con talento y muy capacitadas. Pero aun así, no suelen contar con las habilidades necesarias para desarrollar productos capaces de provocar la disrupción o la innovación en el mercado.

Se trata simplemente de una cuestión de experiencia. Los equipos de I+D cuentan con profesionales altamente especializados que se dedican a realizar nuevos descubrimientos. Pero eso no significa que posean las habilidades creativas y de innovación, y mucho menos técnicas, que se necesitan para generar un producto rentable y comercializarlo correctamente. Estas habilidades se encuentran con más frecuencia en startups y otras empresas, que están más preparadas para explotar los resultados de las investigaciones.

 

El poder de la transferencia tecnológica

 

Es increíble lo que se puede lograr con la transferencia tecnológica. A mediados de enero, China dio a conocer al público la secuencia genética del SARS-CoV-2. Posteriormente, Corea del Sur analizó el código y puso en marcha toda su cadena de valor del conocimiento (investigadores, instituciones públicas, hospitales y empresas farmacéuticas) para obtener equipos de diagnóstico asequibles lo antes posible. Poco después, las autoridades sanitarias recibieron 250 000 kits de pruebas.

 

El desarrollo de los kits representa lo que una institución de I+D podría lograr por sí misma, aunque en un periodo mucho más largo. Lo que sucedió después pone de relieve el verdadero poder de la innovación cuando se produce la transferencia tecnológica. Cuando se empezaron a fabricaban los kits, hubo un equipo de ingenieros dedicado a desarrollar aplicaciones digitales para ayudar a controlar la epidemia. En pocos días, se lanzó al mercado una aplicación que permitía a los usuarios registrar su temperatura corporal de forma sistemática. Cualquier persona con signos de fiebre recibía una visita médica en su domicilio para realizar la prueba del coronavirus.

 

Las universidades de EE.UU. también han estado colaborando en acciones de transferencia tecnológica durante la pandemia. El 10 de abril, la Universidad de Yale firmó un conjunto de principios de licencia de tecnología diseñados para incentivar y permitir el acceso a las innovaciones universitarias durante la COVID-19. Como parte del “Marco de Acceso a la Tecnología COVID-19”, estos principios se usarán inmediatamente para ayudar a prevenir, diagnosticar o tratar las infecciones por la COVID-19.

 

El impacto de la COVID-19

 

En todo el mundo, la transferencia tecnológica se ha multiplicado como respuesta a la COVID-19, un proceso que, desde luego no está exento de dificultades. No se puede ignorar el tema de los derechos de propiedad intelectual, algo que se ve afectado por la gran velocidad de los acontecimientos, con el riesgo que eso conlleva. Sin embargo, con un intercambio más libre de información, se pueden lograr resultados espectaculares, algo que ya se está haciendo evidente debido al virus.

 

En China, la conducción autónoma se considera un elemento clave en la lucha contra la COVID-19, ya que ayuda a transportar los suministros médicos y los alimentos necesarios a la población y los profesionales de la salud de las zonas infectadas. «Tras sufrir la pandemia en primera línea, nos hemos dado cuenta de que la “automatización” y la “inteligencia” son las mejores soluciones para que los humanos puedan responder a las emergencias a gran escala», dice Zhenyu Li, vicepresidente corporativo y director general de Baidu Intelligent Driving Group.

 

La tecnología y su transferencia van a seguir siendo algo crucial durante la pandemia, pero además, van a ser un elemento fundamental cuando esta acabe y el mundo evolucione hacia la nueva normalidad. Pero para erradicar este virus lo más rápidamente posible, los países van a tener que confiar unos en otros, aprendiendo de los resultados de la investigación y los datos colectivos y mejorándolos. El futuro de la I+D va a cambiar y, como resultado, es posible que los investigadores descubran que su trabajo ha dejado de ser tan solitario como lo era antes de la COVID-19.

 

The Collider: un programa pionero de transferencia tecnológica

 

The Collider es un programa de creación de empresas que busca conectar las esferas de la ciencia, la empresa y el emprendimiento. Este proyecto de innovación fomenta iniciativas de transferencia tecnológica que conectan la ciencia y el talento empresarial para crear startups disruptivas basadas en la tecnología. The Collider es una iniciativa tecnológica de Mobile World Capital Barcelona que tiene como objetivo impulsar la transformación digital de la sociedad para ayudar a mejorar la vida de las personas en todo el mundo.